Trabajar con la naturaleza es un riesgo porque ella es la que manda, pero es fantástico. Ves el resultado en la bodega, y te deja una satisfacción muy enriquecedora al ver que ha valido la pena el esfuerzo de todo el año.
Este mes os queremos acercar al cultivo de os viñedos, básico para obtener estos vinos ecológicos tanto excepcionales, y que necesitan tantas horas de trabajo. Por eso os presentamos a Ramón Berge, agricultor de Can Roda, que junto con Ahmed son los encargados de trabajar todo el año nuestros viñedos.
Lo entrevistamos para saber cómo es su trabajo en el día a día y conocer su opinión sobre el futuro de la viticultura en nuestro territorio.
A continuación, encontrarás una entrevista muy personal y honesta sobre el mundo de la viña, y llena de historia. ¡No puedes dejarla pasar!
¿Qué pensaste cuando te propusimos cuidar las viñas y trabajar con nosotros en este nuevo proyecto de la Masia?
La verdad es que quedé muy sorprendido, ya que fue en un momento un poco especial, que lo recordaré mientras esté en este mundo. Después de muchísimos años de no cuidar viñedos, no se me hubiera pasado por la cabeza. En estos viñedos había ido de jovencito a recoger uvas para ganar dinero y poner gasolina a la moto.
Cuando me explicasteis lo que queríais hacer no me lo pensé dos veces, y ahora mismo no lo cambiaría por nada. Trabajar con la naturaleza es un riesgo porque ella es la que manda, pero es fantástico.
¿Te gusta cuidar y recuperar viñedos viejos de nuestro entorno?
Le tengo mucho respeto, porque según el tiempo que hace, éste nos domina. Pero en cuanto ayudas a revivir estos troncos tan viejos, y dan fruto, es una satisfacción que es difícil de explicar. Al igual que tener un año tan malo como el pasado. Tampoco se puede explicar la decepción tan grande que te rodea. Paseas por medio de las viñas, para mí es como pasear por el patio de casa.
¿Qué piensas sobre ir recuperando las viñas de nuestro entorno y cuidarlas para que al final se pueda ver todo el esfuerzo en el vino?
Es un poco difícil de explicar las sorpresas que te da la vida. Estamos cuidando viñedos que mi tío arrancó del bosque para sembrarlos como los de Torrento. Todos los demás, a saber, quien las cuidaba. Y ahora soy yo el que está por aquí en medio, me gusta.
Y después de todo eso, ves el resultado en la bodega, que te deja una satisfacción muy enriquecedora al ver que ha valido la pena el esfuerzo de todo el año. Pero tenemos que pensar, que ya tenemos que empezar la añada próxima.
Toda la vida has vivido en Martorelles, ¿qué es lo que más te gusta de estas montañas que rodean nuestro pueblo? ¿Podrías decirnos alguna singularidad especial?
Si, soy hijo de Martorelles, pero estuve viviendo durante 10 años en Granollers, y ahora he ido más hacia las montañas de Serralada de Marina, estoy viviendo en Sta. Maria de Martorelles. Yo, a casa. Gracias a nuestro regreso, estoy en Can Roda. Son unas montañas que hasta hace un tiempo no muy lejano estaban llenas de viñedos y cerezos. ¿Quién no ha probado las cerezas de Martorelles? Si ahora das una vuelta por las montañas de la Serralada y encuentras un cerezo en medio del bosque, no es que haya nacido allí en medio, sino que fueron sembrados con bancales llenos de cerezos o en medio de los viñedos. Esto quiere decir que el que ha nacido allí en medio, es el bosque, porque se han dejado los cultivos. Por ello recuperar viñedos de este tipo me llena muchísimo.
¿Te gustan los vinos que se obtienen a partir de la uva de los viñedos que tú cuidas?
¡Hombre, faltaría más! Intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor que podemos, incluso a veces tenemos que correr para llegar a la cabeza, pero nuestro secreto lo tenemos con Enric, el enólogo, que les da el toque de gracia. La verdad que tenemos de muy buenos.
Así pues, Ramón es un apasionado del territorio y de los vinos que cultiva. Ven a hacer una visita a la bodega y a probar nuestros vinos para entenderlo aún mejor. ¿A qué esperas?